El compositor Arnold Schoenberg nos enseña sobre lo que lo impulsó a renovar las leyes de la composición musical de su tiempo, a pesar de las burlas y las críticas. A partir de los escritos que nos dejó, hemos podido identificar un vacío esencial para el compositor, un vacío que su música le permite tratar sin llenarlo. El camino que lo lleva a la invención de su sistema atonal sigue un camino similar al de la pulsión: una fuerza interna sorda dentro de sí que lo empuja en esa dirección, en la medida en que nunca encuentra satisfacción completa. La tensión renace muy rápidamente y lo lleva a componer nuevamente. Si su coraje le permite seguir sus propias inclinaciones y no ceder, la postura de Arnold Schoenberg sobre lo que lo impulsa a componer también incluye un lado místico y mesiánico. Su música es inspirada por Dios y se convierte en una lucha. Parece necesario que sus composiciones mantengan un enigma para el público y los críticos, para que Arnold Schoenberg evite un sentimiento de persecución y continúe creando.
Palabras claves:
Arnold Schoenberg; creación, real, conducir, ética